La Venus de las pieles

Parece que ha sido a la vejez cuando Roman Polanski ha cogido el ritmo en la producción de material y es que esta La vénus a la fourrure o La Venus de las pieles viene a ser su tercer largometraje desde 2010 con un cortometraje antecediéndola además. No podemos decir que el ritmo hubiera venido acompañado de una vuelta a la calidad de sus obras de pasadas décadas pero tampoco se puede decir que sus últimas obras no sean al menos entretenidas.

Thomas y Vanda

En esta historia empieza con un Mathieu Amalric lamentándose de la mediocridad de los candidatos que se han presentado a la audición para un papel en la obra que va a representar no encontrando ninguno que de la talla para el papel momento en el que aparece Emmanuelle Seigner que resulta ser un cumulo de todas las cosas que el detesta en las personas, pero todo cambia cuando comprueba cómo puede llegar a comprender al personaje quedando cautivado a partir de ahí.

La vida en el teatro

En esta ocasión Roman Polanski nos lleva al teatro adaptando la obra del dramaturgo David Ives  que ha colaborado con el director a la hora de ultimar el guion de la película quedando una película de actores sobre personas expresión que puede quedar rara pero es lo que vamos a tener durante una hora y media aproximadamente, la interpretación de únicamente dos actores en un mundo compuesto únicamente por apenas cuatro paredes donde se recoge un escenario con su patio de butacas por lo que se antoja que la interpretación de los protagonistas será lo único que conseguirá que terminemos de verla o desistamos y ojo que ambas salidas pueden ser factibles.

Y es que la ambivalencia en la decisión depende de cómo te lleguen los diálogos entre ambos personajes, unos diálogos donde se busca ahondar en la conducta de las personas y sus relaciones, eso de lo que lleva viviendo Woody Allen durante toda su vida prácticamente pero sin llegar a las cotas de este por lo que puedes llegar a percibirlos de forma negativa y llegado a ese punto la valoración de la película caerá en picado.

Entre bambalinas

Una obra así necesita una actuación convincente por parte de sus intérpretes y en esta pudiendo gustarte más o menos los diálogos sería complicado ponerle un pero a los dos intérpretes pero si tuviera que elegir me quedaría con Emmanuelle Seigner que a la vejez me ha sorprendido consiguiendo llevar el peso de la trama de una forma bastante destacada y es que no tenía a la mujer de Roman Polanski por tanto como demuestra aquí mientras que Mathieu Amalric decir que esta impecable.

Y al salir

Concluyendo podría decir que ha quedado una comedia negra por lo menos interesante pero quizás no al gusto de todo el mundo y aun así no se le pueden poner demasiadas pegas, al menos no por mi parte salvo quizás para mi gusto el final, pero aun con eso no se puede llegar a decir que no se ha hecho lo mejor que se ha podido por parte de actores y director. Ahora queda esperar a ver cuánto tiempo mantendrá Polanski este ritmo ya que parece que tiene película anunciada para este año también.